Aquellas flores de azahar que hace unos diez meses perfumaban mi cocina han acabado por dar sus frutos y se ha convertido en unas preciosas naranjas. _
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Segunda travesía
Cuaderno de bitácora
De popa a proa
El velamen del Pequod
- Avistamientos (49)
- Bitácora (113)
- Cantos de sirena (58)
- Celtiberia (31)
- Delirios (54)
- Lapidario (18)
- Pasto de tiburones (24)
- Política (56)
- Yo despotrico (44)
Sentina
-
▼
2008
(147)
-
▼
octubre
(18)
- Para Sofia
- Gelogüin con G de gilipolles
- aRT sERIÓS
- El creacionismo es cosa de tontos
- Frutos
- ¡Qué bello es vivir! (del cuento)
- Lapidario (VI)
- 39 días
- Sigur Rós, collons!
- Por i fàstic a Barcelona
- iGod
- El nom de la cosa
- Ni orgullo, ni respeto ni admiración
- Cagada
- Nyman
- Correcció política a la intimitat
- Brossa
- Contra-proposta
- ► septiembre (13)
-
▼
octubre
(18)
-
►
2007
(163)
- ► septiembre (8)
Las mareas de Nantucket
Fondeaderos
Caladeros
Cartas de navegación
1 comentario:
En verdad lo son. Todo lo que uno hace con cariño, con paciencia y con tesón, da sus frutos, que aproveche a la hora de comerlas...
Publicar un comentario